La IA debe ser vista como un aliado estratégico que se debe sumar al potencial y creatividad de los humanos para impulsar la innovación. Más allá de la automatización de tareas y procesos, la IA tiene el poder de reimaginar cómo se gestionan las organizaciones, cómo se toman decisiones y cómo se optimizan las operaciones. Por este motivo, su adopción no puede limitarse a un enfoque técnico; requiere una dirección clara y comprometida desde la alta gerencia, especialmente de los CEOs, que deben asumir un papel central, estableciendo las prioridades que guiarán su implementación y asegurando que su impacto se refleje tanto en el crecimiento del negocio como en la creación de valor para los equipos. Su visión debe ir más allá de lo operativo con el objetivo de fomentar una transformación cultural que impulse la innovación y la agilidad organizacional. En este sentido, existen cinco áreas clave que un CEO debe abordar para liderar con éxito en este entorno transformado por la IA.

El primer paso es invitar a los líderes empresariales a explorar las posibilidades de la IA, tanto en su versión tradicional, que utilizaba técnicas como el machine learning, el cálculo y la predictibilidad a través de algoritmos, como en su versión más moderna o ‘generativa’, que ha ganado relevancia gracias a los avances en computación y la disponibilidad masiva de datos. Los CEOs deben ser los primeros en mostrarse curiosos y dispuestos a aprender de las experiencias de otros, sin temor a hacer preguntas y descubrir cómo se puede generar valor real con estas tecnologías. Una vez comprendidas las capacidades de la IA, el siguiente paso es pensar en el futuro de la organización. Los CEOs deben preguntarse qué podrían hacer de manera diferente si utilizaran todo el potencial de la IA o cómo podrían mejorar el servicio al cliente, optimizar los procesos internos o hacer que la operativa sea más eficiente. Esta etapa requiere una visión creativa que permita proyectar cómo la IA puede transformar el modelo de negocio y los procesos existentes.

El tercer paso es pasar de la imaginación a la acción. Ya no basta con realizar pruebas de concepto, sino que es importante desarrollar un plan de despliegue claro para integrar la IA en la estructura empresarial. Es importante contar con un equipo multidisciplinario que no solo tenga un conocimiento profundo de la tecnología, sino que también comprenda cómo aplicar la IA de manera eficiente al negocio. No se trata de crear un puesto específico de Chief Artificial Intelligence Officer, sino de involucrar a profesionales de diferentes áreas que trabajen juntos para maximizar el impacto de la IA.

La integración de la IA debe ser un proceso continuo. A medida que la tecnología evoluciona, las organizaciones deben realimentar sus sistemas y procesos. Esto incluye la vigilancia de posibles sesgos y la gestión de los riesgos éticos asociados al uso de la IA, como las ‘alucinaciones’ o errores en la toma de decisiones automatizadas. Los CEOs deben estar al tanto de estos desafíos y asegurarse de que la implementación de la IA se haga de manera responsable. Finalmente, es crucial que los líderes empresariales adopten un enfoque ético frente a la IA. Los CEOs deben garantizar que la adopción de esta tecnología no solo sea beneficiosa desde el punto de vista operativo, sino también alineada con principios éticos y de diversidad. Esta tecnología debe ser utilizada de manera que impulse un cambio positivo, tanto dentro de la empresa como en la sociedad.

La IA es un motor transformador que requiere un liderazgo estratégico, no solo enfocado en su adopción tecnológica, sino en cómo se integra de manera coherente en la cultura y operaciones de la organización. Los CEOs deben tomar la iniciativa en la implementación de la IA, impulsando la curiosidad, la creatividad y la colaboración dentro de sus equipos, y fomentando una cultura abierta al cambio. Adoptar un enfoque de fail fast, donde los errores se ven como oportunidades de aprendizaje, es clave para innovar rápidamente y ajustarse a las necesidades del mercado. Los líderes que sepan guiar a sus organizaciones en esta transición, asegurando una implementación ética y eficiente, estarán mejor posicionados para liderar en el futuro, aprovechando al máximo el potencial de la IA.

Esta nota fue publicada originalmente en El Economista.